La gente optimista se quiere rodear de gente divertida y graciosa, ¿y tú lo eres?
Estamos constantemente bombardeados con mensajes sobre las cosas que hacen que tengamos una vida plena y feliz. Los medios de comunicación lo asocian con la riqueza, la belleza, el cuerpo o la fama. ¿Pero qué marca la diferencia de una felicidad real? ¿Por qué lo que te hace feliz a ti no me lo hace a mí? Lo primero que hay que saber es que la felicidad no solo es subjetiva, sí, pero también se aprende y se entrena nuestra capacidad de conseguir ser felices o no.
Aunque nuestros genes y circunstancias importan, una gran proporción de las variaciones en la felicidad provienen de nuestras elecciones y actividades del día a día. Así que aunque no podamos cambiar nuestras características heredadas o las circunstancias en las que nos encontramos, todavía tenemos el poder de cambiar lo felices que somos por la forma en que nos acercamos a nuestras vidas. Te contamos 10 claves que pueden marcar una gran diferencia en ti y podemos controlar:

1. Hacer cosas por los demás

Cuidar de los demás es fundamental para nuestra felicidad. Ayudar a otras personas no sólo es bueno para ellos; es bueno para nosotros también. Nos hace más felices y puede ayudar a mejorar nuestra salud. Dar también crea conexiones más fuertes entre las personas y ayuda a construir una sociedad más feliz para todos. No se trata sólo de dinero – también podemos dar nuestro tiempo, ideas y energía. Así que si quieres sentirte bien, haz el bien. Por ejemplo, regalar una sonrisa por la calle a un completo desconocido.

2. Conecta con las personas

Nuestras relaciones con otras personas son lo más importante para nuestra felicidad. Las personas con relaciones fuertes son más felices, más sanas y viven más tiempo. Nuestras relaciones cercanas con la familia y los amigos proporcionan cariño, apoyo y aumentan nuestros sentimientos de autoestima. Por lo tanto, es vital que tomemos medidas para fortalecer nuestras relaciones y hacer nuevas conexiones. Pasa más tiempo para las personas que te importan.

3. Cuida tu cuerpo: ¡actívate!

Nuestro cuerpo y mente están conectados. Ser activos nos hace más felices y saludables. El deporte mejora nuestro estado de ánimo e incluso puede levantarnos de la depresión o cambiar la percepción de un mal día. No tenemos porqué correr maratones, hay cosas simples que podemos hacer para ser más activos cada día. También podemos aumentar nuestro bienestar al pasar tiempo al aire libre, comer de forma saludable, desconectar del Whatsapp y dormir lo suficiente.

4. Observa el mundo que te rodea

Sólo necesitamos detenernos y ser conscientes de lo que tenemos y lo que hacemos. Aprender a ser más consciente hace maravillas para nuestro bienestar, ya sea en nuestro camino al trabajo, en la forma en que comemos o en nuestras relaciones. Nos ayuda a estar en sintonía con nuestros sentimientos y nos impide pensar en el pasado y aprender. Date un respiro. Al menos una vez al día, para cinco minutos para respirar y estar en el momento.

5. Sigue aprendiendo

El aprendizaje afecta nuestro bienestar de muchas maneras positivas. Nos expone a nuevas ideas y nos ayuda a permanecer curiosos y comprometidos. También nos da una sensación de logro y ayuda a aumentar nuestra confianza en nosotros mismos y la resistencia. Hay muchas maneras de aprender cosas nuevas a lo largo de nuestras vidas, apuntarte a un taller, a un curso de algo que te apasione, aprender un deporte.

6. Tener metas que alcanzar

Sentirse bien con el futuro es realmente importante para nuestra felicidad. Todos necesitamos objetivos para motivarnos y éstos tienen que ser bastante desafiadores para excitarnos, pero también alcanzables. Si tratamos de intentar lo imposible, esto crea estrés innecesario. La elección de metas significativas pero realistas da nuestra dirección de las vidas y trae una sensación del logro y de la satisfacción cuando las alcanzamos.

7. Estar cómodo con quien eres

Nadie es perfecto pero nos encanta compararnos. Anhelar lo que no somos o no tenemos hace que sea mucho más difícil ser feliz. Aprender a aceptarnos a nosotros mismos, defectos incluidos, y ser más amable y paciente con nosotros mismos cuando las cosas van mal aumenta nuestro disfrute de la vida, nuestra resistencia y nuestro bienestar. También nos ayuda a aceptar a los demás como son.